Antes de dejarte llevar por el brillo de la pintura o por un precio tentador, hay que mirar más allá si estás interesado en la compra de un vehículo. En este artículo te contamos cómo revisar un coche de segunda mano antes de comprarlo, de forma práctica y sencilla.

Comprar un coche de segunda mano puede ser un chollo… o una pesadilla. Hay coches que parece que están impecables por fuera, pero esconden problemas mecánicos, y otros que parece que están destrozados por fuera, pero están perfectos por dentro.

Preparativos antes de la revisión 

Lo primero es tener claro qué coche de segunda mano quieres. Investiga un poco el modelo que te interesa: pregunta a amigos o conocidos y echa un vistazo a blogs o reseñas en internet. Fíjate en los fallos más comunes, el consumo y los costes de mantenimiento. Así tendrás una idea más realista de lo que estás comprando y sabrás en qué detalles fijarte con más cuidado según la marca y el modelo.

También es buena idea definir tu presupuesto real, no solo el precio del coche. Suma gastos de cambio de nombre, impuestos, seguro, gasolina y posibles reparaciones. A veces lo “barato” sale caro.

Un detalle que muchos olvidan es hacer la revisión de día y en un lugar bien iluminado. Evita ver el coche con lluvia o en un garaje, porque la luz natural ayuda a ver si hay arañazos o defectos en la pintura.

Por último, mantén la calma y no te dejes presionar por el vendedor. Si insiste demasiado en cerrar la compra rápido o pone excusas para no dejarte probar el coche, sospecha.

Inspección mecánica del coche

Entonces, una vez encuentras el coche que estabas buscando llega la parte más importante: la revisión mecánica. 

Motor y transmisión 

Al revisar un coche de segunda mano, lo más importante es empezar por el motor. Abre el capó y observa el aspecto general. Un motor limpio puede parecer buena señal, pero a veces lo lavan para ocultar fugas. Si ves manchas frescas de aceite o líquido, mala señal.

Comprueba el nivel y el color del aceite. Usa la varilla: el aceite debe estar entre el mínimo y el máximo, y tener un tono marrón claro. Si es negro y espeso, o tiene burbujas, el coche no ha tenido un buen mantenimiento.

Mira también el líquido refrigerante. Debe ser verde, rosa o azul, pero nunca marrón. Si ves aceite flotando en el depósito o burbujas, puede haber un problema de junta de culata.

Enciende el motor y escúchalo. No deberían sonar ruidos metálicos. Si el ralentí es irregular o el coche tiembla, algo no anda bien.

Después, presta atención al humo del escape:

  • Blanco denso = posible problema de junta.
  • Azul = está quemando aceite.
  • Negro = exceso de combustible o fallo en la mezcla.

Si pruebas el coche, fíjate en cómo responde. Acelera suavemente, cambia de marcha y escucha. Si es manual, las marchas deben entrar sin rascar. Si es automático, los cambios deben ser suaves y sin tirones.

Si notas vibraciones, ruidos al pisar el embrague o que tarda en acelerar, puede haber desgaste en la caja de cambios.

Frenos y suspensión 

Los frenos y la suspensión en un coche de segunda mano son clave para tu seguridad y comodidad, así que revísalos con cuidado.

Primero, mira los discos y pastillas a través de las llantas si puedes. Si ves un borde pronunciado o el disco tiene un color azulado, probablemente haya sobrecalentamiento o desgaste.

Durante la prueba de conducción, pisa el freno varias veces. El pedal no debe hundirse ni sentirse esponjoso. Si vibra al frenar, puede que los discos estén deformados. Si el coche se desvía hacia un lado, puede haber un problema de desequilibrio.

En cuanto a la suspensión del vehículo, conduce por un tramo irregular o con baches. Si escuchas ruidos de golpeteo o el coche rebota en exceso, los amortiguadores están pidiendo que los cambien. 

Nunca olvides los neumáticos: deben tener dibujo suficiente y un desgaste uniforme. Si están más gastados por un lado, el coche podría tener problemas de alineación o suspensión.

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Revisión de documentación y antecedentes 

Un coche de segunda mano puede estar perfecto por fuera y por dentro, pero si sus papeles no están en regla, ni te lo pienses. La parte administrativa es igual de importante que la mecánica.

Empieza por revisar el permiso de circulación y la ficha técnica. Comprueba que el número de bastidor coincide con el que está grabado en el coche. Si no coincide, ni se te ocurra comprarlo.

Pide al vendedor el historial del vehículo. En España, puedes solicitar un informe completo a la DGT. En ese informe verás si el coche tiene cargas, embargos, o si ha sido dado de baja temporal o definitiva. También verás cuántos dueños ha tenido, cuándo se matriculó y si ha pasado todas las ITV. Si un coche de 10 años ha tenido cinco dueños distintos, algo raro hay.

Por último, revisa el contrato de compraventa. Asegúrate de que los datos de ambas partes y del coche están correctos, y que quede constancia de que no hay cargas pendientes.

ITV y seguro 

La ITV es obligatoria y te da mucha información sobre el estado real del coche. Comprueba en la pegatina del parabrisas o en la ficha técnica cuándo fue la última vez que pasó la inspección.

Si la ITV está a punto de caducar o el coche ha tenido defectos graves recientemente, pregunta por qué. En el informe de la ITV aparecen los fallos detectados, incluso los leves. Si ves menciones a fugas, desequilibrios de frenos o problemas en la dirección, no los ignores.

En cuanto al seguro del coche, asegúrate de que el vehículo no tiene partes o siniestros importantes registrados. Si ha sido declarado “siniestro total” y luego lo han reparado, aunque funcione bien, su valor de reventa será mucho menor.

Cuando compres, el seguro del coche de segunda mano debe estar a tu nombre y comenzar el mismo día que firmes el contrato. No te la juegues conduciendo ni un solo kilómetro sin seguro, aunque solo vayas a dar una vuelta a la manzana. Si todavía estás comparando opciones para el seguro anual, puedes contratar un seguro por días en Seguropordias.com y así tener el coche asegurado mientras decides cuál te conviene más.

Ahora ya sabes todo lo que debes tener en cuenta antes de comprar un coche de segunda mano. Revisarlo no es complicado, pero sí exige paciencia, atención y sentido común. No te dejes llevar por la emoción ni por las prisas: tómate tu tiempo para analizar cada detalle. Y recuerda, si algo no te inspira confianza, lo mejor es seguir buscando.

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